En esta oportunidad voy a aprovechar para contarles, además de algunos datos de nuestra empresa y su gestión, algo muy interesante con lo que me topé mientras cursaba el máster EMBA con lo que creo que se podrán identificar muchos de ustedes.

Actualmente, estamos cursando la llamada cuarta revolución industrial, Revolución Digital o Revolución 4.0. Se caracteriza por, como se imaginarán, un avance tecnológico exponencial. El cerebro humano no está preparado para afrontar los cambios a nivel exponencial, sólo procesa sin problemas los lineales. Esto hace que muchas empresas desaparezcan, nazcan otras nuevas y algunas más dinámicas se adapten al nuevo entorno. Estos cambios no sólo afectan a las empresas, sino que también a las personas que las conforman. Hoy en día, sobre todo en las nuevas generaciones, ya no existe el paradigma de “lograr un trabajo para toda la vida”. Cada vez es más común la apuesta por un tipo de formato de trabajo ligado a proyectos aislados, que aporten un crecimiento profesional. En este contexto, la figura de trabajador autónomo o freelance cobra más protagonismo.

Por otro lado, las empresas, en respuesta a estos cambios, están implementando un formato de trabajo conocido como smart working. Se trata de una metodología en la que se enfoca el trabajo hacia los objetivos y hacia las tareas u horas de permanencia. Esto viene acompañado de: movilidad (trabajo remoto), flexibilidad horaria y deslocalización (globalización de la plantilla). Consecuentemente la infraestructura de estas empresas es 100% cloud.

Las ventajas e inconvenientes (para empresa y trabajadores) de este modelo, que ya se habrán dado cuenta que es el nuestro, son: